El Castillo Douglas, ubicado en el estado de Aguascalientes, fue construido en 1923 por el arquitecto Federico E. Mariscal.
El Castillo Douglas es un edificio histórico en la ciudad de Aguascalientes, México. Se encuentra ubicado en la plaza de la Patria y es conocido por su arquitectura de estilo neomudéjar, con elementos decorativos que incluyen azulejos, aleros y arcos.
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Fue construido en 1911 por el arquitecto Federico E. Mariscal y originalmente funcionó como un almacén de la compañía de ferrocarriles Douglas, que había llegado a la ciudad en 1884.
Desde entonces, el Castillo Douglas ha sido restaurado y adaptado para su uso como un centro cultural, donde se llevan a cabo exposiciones de arte y eventos culturales.
El edificio ha sido declarado patrimonio histórico y es considerado uno de los ejemplos más destacados de arquitectura neomudéjar en México.
El Castillo Douglas es un importante monumento histórico y cultural en Aguascalientes y es un lugar digno de ser visitado si alguna vez se encuentra en la ciudad.
La leyenda del Castillo Douglas en Aguascalientes
La familia Douglas, de origen europeo, llegó a Aguascalientes en el siglo XIX y Jhon Douglas se convirtió en un importante empresario en el estado, fundando la primera planta eléctrica y creando un sistema de tranvías.
Su nieto, Edmundo Ortega Douglas, se casó con Carmen Llanguno Cansino y en 1923 decidieron construir un castillo de estilo medieval para pasar juntos el resto de sus vidas. Cerca de la construcción se encuentra el Chalet Douglas erigido por su abuelo.
Su arquitectura
El Castillo Douglas es una construcción única en la zona, destacándose entre otras edificaciones. El castillo está compuesto por diferentes espacios, incluyendo cuartos de servicio en el sótano, y en la planta baja se encuentran las áreas de convivencia, como la sala de estar, la cocina, el comedor y un vitral veneciano con la leyenda “Amore ne vanitate” en latín, que significa “Amor, no vanidad”.
Esta leyenda hace referencia al motivo por el cual fue construido el castillo, como muestra del amor del propietario hacia Carmen. En el último nivel, se encuentran las habitaciones y los baños. En sus inicios, el edificio también contaba con un lago artificial y jardines que lo rodeaban.
Después de la muerte de sus propietarios en la década de los 70, el castillo quedó abandonado.
A finales de los 90, se utilizó como restaurante, pero el proyecto no tuvo una duración larga debido a las dificultades de mantenimiento del edificio. En los últimos años, se ha trabajado en su restauración y es posible que la parte trasera del terreno se utilice como hotel.